19/11/09

Ninacaca, la ciudad de los muertos en Cerro de Pasco

Con una mezcla de surrealismo mortuorio y de minimalismo andino, el cementerio San Pedro de este distrito pasqueño se ha convertido en un peculiar atractivo turístico.

Por Raúl Mayo Filio
Si usted quiere saber cómo era antes el Palacio Municipal de Ninacaca (provincia de Cerro de Pasco), vaya al cementerio del lugar y véalo. Justo ahí, sobre la tumba de un ex alcalde, una réplica en miniatura representa aquello a lo que dedicó su vida. Y sobre la tumba de un ex fiscal hay una minifiscalía, y sobre la tumba del ex gobernador su respectiva gobernación a escala, y sobre la tumba del que fuera profesor una réplica de la escuelita donde pasó sus mejores años… Y así.

Curioso es este cementerio: aquí casi no hay cruces, sino pequeñas réplicas de aquello que identifica al que descansa metros más abajo.

En este lugar, además, los variados estilos arquitectónicos no escatiman en mezclar el arte bizantino de las iglesias con cúpulas en forma de cebolla, con influencia árabe y detalles de edificaciones religiosas rusas.

Visto panorámicamente, el cementerio parece una ciudad, una ciudad de muertos. Una ciudad que acoge a la basílica de Roma, al Taj Mahal, a una iglesia de Chile y a la catedral de Tarma, al santuario del Señor de Muruhuay, el estadio de Alianza Lima y, muy cerca, el coloso de la “U”.

NACE UNA COSTUMBRE
Lo irónico es que esta idea de interponerse a la muerte con un recuerdo grato nació de un episodio trágico. Hace 20 años, en marzo de 1989, un atentado terrorista destruyó el local de la cooperativa San Pedro de Ninacaca; el mismo día, el presidente de la comunidad campesina, Francisco Espinoza, fue secuestrado y luego asesinado. Horas más tarde, una nueva explosión mató al entonces alcalde Gerardo Huaricapcha Torres y dejó en escombros su oficina.
Durante el entierro de las víctimas, y como los locales donde se desempeñaban habían sido demolidos, se levantaron réplicas en miniatura: una cooperativa para Espinoza y una alcaldía para Huaricapcha y que los muertos descansen en paz por los siglos de los siglos, amén.

Poco después falleció Francisco Huaricapcha Meza, quien dirigió durante 35 años la escuela 502 de Ninacaca: sobre la tumba colocaron una pequeña escuela. Ya se empezaba a instaurar una nueva costumbre. Porque cuando murió Tomás Huaricapcha García su mujer dijo: “Mi esposo era alpaquero, así que entiérrenlo y manden construir un pequeño galpón” y así se hizo; junto al galpón aparece don Tomás montado a caballo, todo en miniatura y a colores.
Seguimos con este recorrido surrealista en un cementerio minimalista: los esposos Telésforo Huere y Francisca Quispe tienen sobre su tumba la imagen de la casa donde vivieron y murieron, hasta con balcones. Y la réplica de una locomotora o de cascos mineros coronan las tumbas de los maquinistas de la Cerro de Pasco Cooper Corporation. Mario Fernández, músico y fundador de la Banda de Ninacaca, tiene su trompeta al lado.

Y ejemplos hay de todo tipo. Andrés Córdova era hincha de la “U” y le construyeron su estadio en miniatura. Juan Atchanga era seguidor de Alianza Lima y ahí tiene su pequeño estadio de Matute, muy cerca el uno del otro. Estas cosas solo se ven en el mundo de los muertos.

Fotos: El Comercio Peru

Nevado de Huaguruncho, un Colmillo de Nieve

Sobre el Amazonas, 86 km. al este de Cerro de Pasco, se encuentra el Nevado de Huaguruncho, parte de la cadena montañosa conocida como Cordillera Oriental. Con 5730 metros sobre el nivel del mar, este gigante de Perú tiene una forma piramidal casi perfecta, a la que debe el sobrenombre de Colmillo blanco o Colmillo de nieve.

En realidad, su nombre oficial es Nevado Tarata, pero su cercanía con Huaguruncho chico –de 5309 metros de altura– parece haber hecho extensiva la denominación a su pico vecino. Es de suponerse que, habiendo uno “chico”, debía haber un Huaguruncho de tamaño natural.

El Nevado de Huaguruncho es, más allá de las confusiones que acarrea su nombre, una maravilla natural enclavada en la vertiente oriental de cadena montañosa de los antes. Tres de las aristas de esta afilada pirámide que talló la naturaleza permanecen siempre cubiertas de un manto blanco, que sólo nos permite ver un lado rocoso, mientras el resto se encuentra eternamente oculto.
Para llegar al Huaguruncho se parte de Huachón, el pueblo más cercano. Desde allí, un viaje de 6 kilómetros nos conduce hasta el pie de la montaña, en donde destacan las lagunas Huaguruncho, Leche Cocha, Suyro Cocha, Talaya y Pacchapata. Cuatro glaciares forman parte del Nevado: Jacahuay, Ranrajanca, Carhuaraj e Incatama, ninguno de los cuales ostenta una altura menor a los 5100 metros.

Las vías de ascensión hasta la cumbre del Huaguruncho son numerosas, y siguen las líneas occidental, meridional, sudoriental, sudoccidental, norte y nororiental de la elevación. Cualquiera sea la elegida, hay que tener en cuenta que no se trata de un camino para no iniciados, y que requiere un buen entrenamiento físico emprender esta aventura.

La ruta más transitada es la que se inicia en Tingocancha, a donde se llega por la ribera derecha del río. A continuación, y siguiendo el mismo sendero, se alcanza Jaicoconcha, en donde puede apreciarse la cara sudeste del Nevado. Ascendiendo el valle, se alcanzan las lagunas Talenga y Lichicocha, y es posible admirar la arista oriental.

2/6/09

La Cruz de Huaguruncho



LEYENDA
por César Pérez Arauco:

Los antiguos habitantes de Pasco, afirman que a partir del siglo XVIII. Sobre la cúspide del imponente nevado de Huaguruncho, se podía distinguir una colosal cruz de oro macizo cuyos áureos destellos, se apreciaban nítidamente de todos los confines. Una cara de este imponente crucifijo recibía el saludo del sol naciente de las mañanas; la otra, los postreros destellos de los atardeceres.

Su extraordinario brillo y enigmática ubicación intrigaba a los hombres y mujeres que, admirados, contemplaban su magnificencia, sin poder desentrañar el misterio de su procedencia.

Andando el tiempo, entre colosales nubarrones, celajes misteriosos, truenos y tormentas, desapareció la cruz tragada por desmesurados aluviones y lluvias incontenibles.

Los campas, custodios de la heredad del misterio, narran la siguiente historia

Un día no precisado del mes de mayo de 1742, cuando la estación de las lluvias esta terminado y los pajonales enseñaban su verde mas intenso, apareció navegando sobre las aguas de Perené, conducido por la cacique Simirinchi Bisabequi, un hombre joven de treinta años, luciendo una barba con algún bozo, fornidos miembros acerados , pelo cortado como los indios de Quito y color pálido amestizado; de estatura mas que mediana, vestido con una chusma encarnada color achiote y el recio continente de un monarca.

Los nativos que lo contemplaban por primera vez, se enteraron que era descendiente directo del último monarca del imperio y que su nombre era Juan Santos Atahualpa Apu Inca que había entrado en el Gran Pajonal para recuperar el destruido imperio de los incas, que había llegado para arrojar a los extraños, enemigos de PACHAKAMAITE y recuperar la corona que Pizarro había arrebatado a su padre; que Dios Omnipotente le enviaba a recuperar sus reinos y había entrado en la selva para comenzar su misión en ella; que le creyesen y obedeciesen por que de no hacerlo, haría caer los montes, desbordar ríos y arder los cielos, que a partir de aquel instante recompondría su reino para que se acaben los obrajes, ganaderías, haciendas y toda la esclavitud de sus hijos. Dominador de las lenguas nativas, los hablo con un ardor nunca antes oído, con un amor que se traslucía en su continente emocionado y sus ojos vivos y brillantes. Tanta fue su entrega y el contenido de su mensaje q todos, imbuidos de una fe que ya casi la habían perdido, quedaron convencidos de su predicamento. El viento que corría por la fronda aviso al río y a las aves y al trueno y a la lluvia; y así lo supieron los amueshas, los campas, los piros, los amages, los simirinchis, los shipibos, los conibos, los andes y todos los indios de nuestra selva que presurosos acudieron a ofrecerle obediencia y lealtad, dejando abandonados a sus pueblos. Tal fue la conmoción que los indios del Gran Pajonal se unieron incondicionalmente a los de las márgenes del Perene, Metraro, Eneno, San Tadeo, Pichana, Najandaris y todos los naturales del Cerro de la Sal. Nunca antes en la selva se había visto nada igual. Rivales encarnizados, guerreros adversarios, caciques sanguinarios; hablantes de diferentes idiomas y adoradores de dioses diversos, habían acudido al llamado del Apu Inka, enviado de Dios, para seguirlo y expulsar a los extranjeros que se habían apoderado del imperio.

Este hombre de férrea y arrolladora personalidad, hablaba varios idiomas aprendidos en Europa, especialmente el latín. Era profundamente religioso cristiano que rezaba todos los días; que leía las agradas Escrituras; que predicaba a los indios con la que conque lo hacían los sacerdotes; que sobre el pecho descubierto, franco y poderoso, llevaba un sólido crucifijo de plata asegurando que Él guiaba sus pasos.

En cumplimiento de su prédica y teniendo al Gran Pajonal como escenario de su campaña, instala su cuartel General y se pone en acción inmediata. Destruye veintisiete misiones franciscanas, haciendas y obrajes, apoderándose de las pertenencias de los españoles, apresando y castigando a los negros, llegando a matar a los más rebeldes. Arrasa con todo. Alentando por la victoria decide atacar la sierra para expulsar a los españoles. Estaba bien enterado de los infamantes abusos que éstos contenían contra los indios. Es en esta ocasión que el gobierno español, poniendo todo su empeño, procede a tener un cerco desde Huánuco hasta Huanta con el fin de contener el movimiento. Se da categoría de frontera a toda la línea disponiendo que los gobernadores de Jauja y Tarma ataquen al rebelde. En cumplimento de esta orden, los jefes, Troncos de Jauja y Milla del campo de Tarma, llegan con sus fuerzas hasta Quisopango en medio de la constante hostilización de los indios rebeldes, sin entrar en combate franco. Eludiendo fácilmente a estas inocuas columnas realistas, el rebelde inca avanza sobre Huanca bamba en defensa de cuya plaza salen nuevas y más pertrechadas tropas de Tarma. El avance rebelde es tan arrollador que los españoles se ven precisados a instalar un fuerte en la localidad selvática de Quimiri (La Merced) pero sin lograr contenerlos. Los insurgentes muy fácilmente se apoderan de este vacilón dando cuenta de sus defensores.

El avance de Juan Santos Atahualpa Apu Inka es incontenible. Así las cosas el compungido Rey de España decide poner a la cabeza del virreinato peruano a un militar de oficio. Sustituye a Juan Antonio de Mendoza y Camaño y Sotomayor por José Manso de Velasco, Conde de Superunda.

El nuevo virrey organiza una expedición militar al mando del Marqués de Mena Hermosa, la misma que es batida en todas sus líneas por el inca insurgente. La derrota, con la consiguiente pérdida de vidas y material de guerra para los españoles

Desesperados los chapetones se baten en retirada decidiendo establecer dos poderosos fuertes en contención: uno en Oxapampa y otro en Chanchamayo. El invicto rebelde destruye con facilidad esos fuertes y luego vence a otra expedición al mando del marques de Mena Hermosa.

El camino a la sierra está abierto, la resistencia de la selva central ha sido vencida después de ventiún años ininterrumpidos de lucha franca y continua, sin que jamás fuera derrotado el Inca rebelde.

Al hacerse realidad esta añorada recuperación en reconocimiento por la bendición recibida del Imperio y en reconocimiento por la bendición recibida por el cielo para el triunfo final de la selva, el imbatible caudillo guerrero, utilizando todo el oro recogido de las minas y los ríos de la selva, hace fundir una sólida y bruñida cruz de oro macizo de descomunales proporciones, la misma que mediante un magistral y agotador trabajo de ingeniería rudimentaria, es fijada en la cúspide del Huaguruncho, construyendo un túnel vertical que comunica perpendicularmente a base con la cima del monte. Este trabajo, había demorado tres largos y fatigosos años a los empeñosos indios de la selva. Venia a significar a confirmación en la fe a Cristo del caudillo Juan Santos Atahualpa.

Los campas aseguran que, en aprobación de este magnifico gesto cristiano, Juan Santos Atahualpa fue ungido con una especial bendición de Dios, ya que al morir-cumplida su valiente misión en la selva-entre nueves y vapores brillantes, se elevo hacia los cielos en medio de cánticos hermosos y extraños con la promesa que volvería

El caso es que, otro día, cuando utilizando la represeión sangrienta y cruel los españoles y los negros, volvieron a recuperar las posiciones de la selva, en medio de lluvias torrenciales, truenos y relámpagos, la cruz de Huaguruncho desapareció tragada por las nieves eternas.

Los campas dicen que el símbolo volverá a refulgir cuando retorne Juan Santos Atahualpa y esta ves si serán dueños definitivos de sus tierras selvícolas.

de "El Folklore Literario del Cerro de Pasco" - pág. 202 - 204

INKATANA

EL INKATANA EN EL HUAGURUNCHO

EL INKATANA EN EL HUAGURUNCHO

El misterioso Nevado Huaguruncho, ubicado en territorio de la comunidad de Huachón, provincia y región Pasco, a una altura de 5,730 msnm. por muchos años se guardo a la plaza ceremonial inca, ubicado en la cara principal del Nevado, lo misterioso de esta plaza es que en el medio existe una piedra ceremonial (conocida como la mesa de piedra) esta tiene una forma muy peculiar de ubicación sus ángulos con dirección a los puntos de la cruz del sur, que se cree posible relación con la chacana, es mas esta zona fue centro de ceremonias, practicadas por los antigua preincas e incas, ello indica que el titulo de APU del Huaguruncho. Así como esta tenemos el camino inca del antisullo que paraba por el frente del nevado, con dirección a la selva central, que también es otro misterio que guarda en relación a la formación de los pueblos originarios que habitaron en la región andina central y hoy selva central como las comunidades nativas actuales.con esta pequeña iniciamos un comentario que lo seguiremos alimentando por esta.




















Jose Luis Joaquin Tomas
promoviendo la cultura originaria indigena.

tomado de:

31/5/09

Recorrido al Colmillo de Nieve "Huaguruncho"

Una Experiencia para repetirla

Pocas veces planeabamos salir tan temprano como para emprender el viaje como siempre tarde, ese es el estilo de nuestro querido amigo el "loco" Lucho Pajuelo Ch. eran las 10 de la mañana del sábado 4 de julio de 2008 y aun hacíamos las mochilas, y los encargos para nuestra próxima partida el Huaguruncho, el viaje no se tornaba interesante hasta que nos encargaron las carpas, bolsas de dormir, el rancho frió y ropa de abrigo "térmico" si se puede. Urgamos entre las cosas del mas experimentado en estos quehaceres y pues le requerimos la carpa, bolsa de dormir, guantes térmicos, cocina de ron, cuchillo, brújula, catalejo, sombrero, la mochila, etc a don Teodoro mi padre, y por su puesto lo mas necesario de toda expedición la cámara fotográfica, una Miray de 5 megapixeles que ya teníamos hace 5 años o más pero que saca lustre a donde va y por supuesto las fotos de rigor.

No podíamos frustrar este viaje porque algo más allá de nuestra influencia nos decía que teníamos que ir, así fue, aún a las 12.30 p.m. nos embarcamos de Terminal Dignidad con un bus colectivo que llega a Huachón primer punto de nuestra partida. Asi mochila a cuestas del vehículo en esta ocasión llegamos a Ninacaca un lugar enclavado en la Meseta del Bon Bom, interesante por su Iglesia de arquitectura colonial, estructura de piedra y techo de paja; en la actualidad sobresale el edificio o Centro Cívico de la Municipalidad distrital del mismo nombre una red de calles totalmente pavimentadas y una Plaza de Armas para renovar energías, mas allá cuesta arriba se encuentra una laguna donde se crían abundante truchas. Otro de los atractivos de la ruta es el túnel de mas de 900 metros de largo que inicialmente serviría para el proyecto del ferrocarril Lima - Pucallpa que nunca se llegó a concretar. Mas allá del túnel nos esperaba una espectacular vista el glaciar que íbamos a visitar nos daba una bienvenida impresionante con cielo azul y vista panorámica al 100%.

Llegamos a Huachón a las 4 de la tarde, el resto es historia tendramos que esperar a la madrugada para nuestra partida al Huaguruncho, pues el servicio de transporte es deficiente, 5 de la mañana y avistábamos un Nevado impresionante por el tamaño, la forma y la energía que emana; nunca antes fue tan fácil de ver el nevado en su integridad así de fácil el te da la bienvenida.." fueron las primeras palabras de Lucho. el frió era impresionante, 10 grados bajo cero a mínimo,un viento que te traspasaba la ropa, tuvimos que doblegar la guardia; un grupo a cargo de José se quedó encargado del armado de las carpas.Lucho y yo nos pusimos a emprender nuestra primera caminata cuesta arriba a 4500 m.s.n.m. casi todo normal sino fuera por la bendita infección estomacal que me aquejaba hace dos días. El solo hecho de estar allí nos hizo redoblarlas fuerzas,pues necesario realizar las tomas fotográficas justo a la salida del sol cuando se ilumina la cara oeste del Huaguruncho, esta demás decir el paisaje acogedor y conmovedor, solo se pueden atisbar unas cuantas llamas, ichu, cerros, lagunas, y por supuesto el inmenso glaciar que pone su aire de grandeza. La zona por la que nos aventuramos se llama Talenga el área sur, la laguna mas grande es Jaico; desde lo alto de una de las colinas se observa como cada laguna esta interconectada ya sea natural o artificialmente es decir a través de una serie de riachuelos o canales o ductos construidos que al final abastecerán de agua a las centrales hidroeléctricas de la zona que son mas de una. Un par de horas y ya tenemos vistas impresionantes de este glaciar y sus alrededores hora de retornar nuestro campamento que ya desde lo alto se ve instalado. Una breve sesión de rancho frío conformado galletas de agua, atún enlatado y un café caliente hacen reparador nuestro descanso. No hay tiempo que perder el siguiente paso es dirigirse al glaciar nos espera una caminata que no imaginábamos.
Ya son mas de la 12 del medio día y aun estamos a medio camino, muchas veces el paisaje crea ilusiones pues parecía estar tan cerca y una caminata de 15 minutos no fue así nos esforzamos para llegar al pie del acantilado sur del nevado, tan majestuoso e imperecedero cuantos años habrán transcurrido para forjarse estos sedimentos no podemos quedarnos mucho tiempo ya que el sol está sobre nosotros y el risco, los filamentos que se han congelado durante la noche y parte del día a la sombra ahora caen como si fueran mortales lanzas, hay que darle al paso seguro y una vista y oído minucioso, un descuido significa un cambio de planes un solo aletargo José el más experimentado de los visitantes resbala y cae sobre la capa de hielo y piedras filamentosas un par de cortes en la mano no tan profundos pero sangrantes nos hace esperar el sabe que tiene que continuar y atenúa la marcha, ya saliendo de esa tortuosa experiencia de fotos y anécdotas emprendimos el retorno a nuestro campamento, el regreso es por la parte sur oeste un camino desconocido para todos, riachuelos de agua cristalina, rocas de formas diversas, animales silvestres que a la distancia y con la ayuda de un catalejo pudimos fotografiar, terrenos fangosos, caminos inexistentes, pendientes peligrosas; todo ello supuso un retorno mas emocionante, al llegar la tarde nos esperaba un apetitoso menú de sopa instantánea, sardinas enlatadas y papas estofadas, un café caliente a la vista de un majestuoso Huaguruncho que nos albergó con su mejor espectáculo.

Eran las 5 de la tarde; luego de un recorrido por los terrenos cercanos nos dimos un descanso reparador a las 7 de la noche reunidos todos alrededor de nuestra pequeña cocina de ron nos abrigábamos con lo que podíamos un viento turbulento como travieso se enmarañaba alrededor de nuestras cobijas una cena rápida y una bebida reparadora como caliente nos hizo retornar a nuestras carpas, si que elegimos la mejor una carpa de media montaña térmica de doble caída y forro. Aún dentro y refugiados en nuestras bolsas de dormir se sentía en frío cordillerano pero nada extraño para nosotros...

Seis de la mañana del día 6 de julio, la mañana comienza tranquila con un apacible canto de aves migratorias, afuera se observaba una densa niebla, señal de que el día iba a ser acogedor, nos iniciamos en una práctica de pesca de truchas con un anzuelo que a decir de los demás no estuvo mal, no logramos sacar nada del río... Mi mente aun avistaba el lado sur este geográficamente, allá donde se encuentra el valle del Chanchamayo rebuscando con mis ojos en el paisaje algo que me diera una pista de algún promontorio conocido; mi mente rebuscaba y seleccionaba los momentos gratos que me acercaban a esos lugares pensando siempre en Alexia (mi pequeña hija) "Mi Pequeño Cielo"; mi retorno por la noche se había truncado por la oscuridad y lo arriesgado del terreno, el día era perfecto para emprender un retorno a caminata y así los dispusimos una vez desarmada y empaquetada la indumentaria emprendimos el retorno que comprendió un trote de cerca a las ocho horas; fue espectacular la experiencia, así es de la cordillera del Huaguruncho, cruzando la puna, la bajada a una región más quieta y apacible, de aquellos paisajes que alguna vez solo uno imagina y veía en textos escolares, estaban en estos caminos de herradura y carretera rudimentaria, de ríos de agua cristalina que echaran andar río abajo a las gigantescas turbinas de las hidroeléctricas, lugares donde se carcome el paisaje por el destellar y el trabajo silencioso de mineros artesanales en búsqueda de oro. El aplacar de la tarde y la vista de unos túneles nos hacen presagiar que ya estamos cerca a Huachón lugar de nuestra partida y retorno. El resonar y chasqueo de las motocicletas que en algunos casos retornan en caravanas nos auspicia del regreso de los mineros artesanales y nuestra llegada poco común de visitantes cerreños hace divertida nuestra experiencia de nuestra única visita al Colmillo de Nieve el Huaguruncho.

Si alguien esta interesado en visitar esta tierra de hermosos lugares no lo dude sería un fin de semana perfecto si dispone de una camioneta de doble tracción mejor aún se puede acceder desde Huachón al Nevado en un viaje de 20 ó 30 minutos y mejor aún visitar el lado este del Nevado donde se puede apreciar el glaciar aún mas cerca. Más abajo rumbo a Quiparacra otros 20 minutos de viaje se ubica la Central Hidroeléctrica de Yuncán una maravilla tecnológica y de ingeniería, otros lugares que se pueden observar como ruinas preincas e incas un parque turístico que a la actualidad ya debe estar concluido en su construcción, de retorno a Cerro de Pasco son solo dos horas y media.